jueves, 23 de octubre de 2014

Los espejos que se miran

Booktrailer de Los espejos que se miran


Los espejos que se miran es un libro de relatos que acaba de publicarse.
50 historias cortas o más extensas, inéditas, algunas premiadas y otras publicadas en este blog y revisadas.
La portada y las espléndidas ilustraciones que acompañan a varios de los relatos, son de la artista y escritora Fuensanta Niñirola. Brillante trabajo que contribuye a que sea un libro sugerente.
Este proyecto ha sido posible gracias a la magnífica edición del editor y escritor Mauro Guillén. Él tuvo la generosidad de abrirme las puertas del colectivo valenciano Generación Bibliocafé, desde aquel Agridulce, que incluyó en  Relatos a fuego lento. Desde entonces, la participación continuó con Canción triste de country en el libro sobre lugares, viajes,  y destinos de Una maleta llena de relatos; Esperando a Lauren Bacall pertenece a las historias sobre el cine de Sesión continua; Sucedió en el BiblioCafé fue un homenaje en Último encuentro en BiblioCafé; y con Nash de 1929 en una edición de relatos sobre arte y museos: Por amor al arte, de reciente aparición.
Además de reiterar mi agradecimiento al trabajo Fuensanta Niñirola y de mi editor Mauro Guillén, que han contribuido a que este sueño se cumpla, también quiero mencionar al escritor Fernado R. Genovés que me animó a publicar. 
A todos y cada uno de los lectores y seguidores de Buenos Aires 1929 Café Literario, que, pese a permanecer alejada  del blog en los últimos tiempos, por temas de salud familiar, siempre están ahí, por sus enriquecedoras lecturas y comentarios, por su amistad y cercanía, y por todo lo que aprendo en sus espacios virtuales. 
A mi familia y a mis amigos que desde la lejanía de otros países y continentes y desde la cercanía, me han apoyado y animado en esta pasión literaria.
Los espejos que se miran y los libros mencionados se pueden adquirir en en formato digital en Amazon. Y, en soporte papel, en algunas librerías. 


Portada de Fuensanta Niñirola

miércoles, 8 de octubre de 2014

Notas breves sobre Dos veces bueno





 Los libros de Fernando R. Genovés, hasta ahora, han sido siempre de altos vuelos. Los he leído en aviones, por cielos atlánticos y continentales. Vuelos de doble viaje: el aéreo y el literario. Ensayos filosóficos, históricos, cinematográficos… para reflexionar, establecer debates dialécticos, disentir o coincidir, conocer y, sobre todo, abrir preguntas; es decir, inaugurar vías por las que seguir ahondando más allá de la mirada analítica del autor.
Dos veces bueno: breviario de aforismo y apuntamientos, es el primer libro del autor que he leído a ras de mar, en la tranquilidad de las tardes veraniegas. Es un libro sembrado de inteligente ironía, de pensamientos filosóficos, quiebros humorísticos y de significado calado literario. Se paladea en aforismos, en frases cortas, concisas, algunas casi greguerías, o extensas que se abren a otros pensamientos más sinuosos, más profundos. Puentes colgantes a otras ideas, lianas por las que saltar de una reflexión a la siguiente, de una interrogante a más preguntas.
El autor ―lo avisa ya en el índice― juega con las palabras y las pone, como aparentes fichas de casino, también en juego. No como un mero ejercicio lúdico, sino como una trenzada escala por la que trepar a reflexiones que van más allá de la frase ingeniosa. Más bien, es una ingeniería de pensamientos, diseñados y estructurados como la presunta levedad del cristal soplado, de apariencia transparente, ligera, pero donde se percibe, a través de la forma que adquiere:  humorística, irónica, reflexiva…, esa envoltura que es, realmente, la que da consistencia y perfila sus márgenes, abre caminos, y conduce por los vericuetos del interlineado.
Fernando R. Genovés lo define como un libellus, pero no deja de ocultar una trampa. Sí, es un libro breve y de pequeños formato, ilustrado, donde se desencadena una avalancha de ideas, relatos, definiciones propias, citas, con una escritura amena y atractiva, en apenas un centenar de páginas. Pero esa presunta levedad, envuelve un libro que se extiende por diez capítulos que, a su vez,  se abren, cierran o continúa como pasillos de laberinto, y donde la salida no está en el punto y aparte, ni siquiera en el final. Invita, constantemente, a la sonrisa, a la mirada contemplativa pero, sobre todo, a pensar.
Un libro, en definitiva, que admite tanto la lectura rápida como sosegada, divertida como reflexiva. En el avión, en el bus, en una estación, en un confortable sillón orejero, en el banco de una plaza o junto al mar.
Y al azar, o no, he elegido un fragmento de una de sus Palabras en juego:
Singular insularidad: […] Los sujetos de pueblos ensimismados están sometidos a un oleaje que esparce sus efectos, para siempre retornar a la orilla, donde depositan sus restos, en la isla de los muertos, allí donde duerme eternamente la más silenciosa de las singularidades.

Dos veces bueno: breviario de aforismo y apuntamientos. Ed. Evohé, 2014 

Enlaces a reseñas de este libro:







Fernando R. Genovés es escritor, ensayista, crítico literario, analista cinematográfico y fue profesor de Filosofía y Ética.
Prolífico articulista y columnista de prensa y revistas especializadas como Claves de la Razón Práctica, Revista de Occidente, El Catoblepas, etc.
Ha publicado diez libros, entre los que citamos a Marco Aurelio. Una vida contenida (2012), La ilusión de la empatía. Ponerse en el lugar de otro y demás imposturas (2013), Mervyn LeRoy y Lewis Milestone. Cine de variedades vs. de trinchera (2013), coordinador de Hollywood revelado. Diez directores brillando en la penumbra (2012).

Publica, además, sus en tres blogs: Cinema Genovés, Los viajes de Genovés  y Librepensamientos 

Las imágenes que inician y cierran este artículo, fueron tomadas en el municipio de Garachico, al norte de la isla de Tenerife. Dos veces bueno: breviario de aforismos y apuntamientos, se recorta delante del castillo de San Miguel. Una pequeña construcción defensiva pero de largo recorrido histórico, construido entre  1575 y 1577 por orden Felipe II.