domingo, 18 de diciembre de 2011

Regalo en la nieve


Del cielo de las calles cuelgan estrellas luminosas que bambolean sacudidas por el viento nocturno. Voy trotando al lado de mamá que avanza muy rápido entre la gente que no para de golpearme con bolsas de colores. Entramos en una cafetería, corro a sentarme al lado de  la ventana. Abro la boca y exhalo todo el aire posible y el vidrio se nubla y con el dedo dibujo la casa de un caracol y me olvido de poner las antenas. Lo borro y vuelvo a soplar con fuerza, pero esta vez construyo un muñeco de nieve. Antes de ponerle el sombrero mamá me obliga a beber chocolate. Una bola de fuego me quema la lengua. Lloro. Mamá me da agua y me dice que más despacio. Aparece su amigo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Luces del desierto

Dunas de arena se apilan en las cejas y poco a poco se van depositando en la ondulación de las pestañas que amplían el desierto hasta el interior de mis ojos. Después de dos semanas de travesía debo mantenerme alerta. El Gobi es un viejo y conocido rufián dispuesto a arrebatarme la razón y la vida al menor descuido. Y creo ver en la lejanía retazos de nubes coloreadas arrancadas del cielo que cabalgan en mi dirección. Trato de aguzar la mirada, espoleo al caballo y trotamos hasta una pequeña elevación donde oteo las sedas rojas y amarillas que se acercan flameando al viento. Vienen seguidas de un halo de polvo ensangrentado en la caída de la tarde. Un centenar de guardianes del gobernador de la provincia de Xinjiang pasan a escasa distancia de mí. Y una mirada cubierta de muselinas azafrán se cuela entre los lanceros. La mujer que la deja escapar va en un palanquín. Los sigo a distancia porque aquella también es mi ruta. El séquito se adentra en el palacio del gobernador mientras que mi destino son los comerciantes de pieles. Cobro en plata mis ventas y me dirijo a la casa de té más importante de la ciudad. Pero me impide entrar una lucha de mano y espada con un desconocido que me obliga a defenderme cuando el talón de su pie izquierdo golpea mi estómago vacío.