Los
techos de Bórcor se fueron blanqueando a lo largo de la tarde. Copos de nieve
se posaban en las tejas y los verodes apenas asomaban por encima de la capa
blanca que empezaba a sepultarlos. Los carámbanos se colgaban de los aleros. Columnas
de aromático humo de madera de tea se escapaban por las chimeneas y se perdían en la negrura de las nubes. Mezclas
de olores dulzones rondaban por toda la casa. Permanecía apostada detrás de la
ventana, atenta a cualquier luz que pudiera aparecer en el cielo Bórcor. Papá
Noel se acercaba en su trineo volador. «¡Dácil!» gritó mamá desde la cocina donde, incansable, preparaba la cena de Nochebuena. Sobre la mesa lucía un pastel de Navidad.
Debía llevárselo a la señora Eloísa Valcárcel. «¡Oh, no!» musité ante la
imperativa mirada de mamá. No era el momento de contrariarla. Una llamada a Papá
Noel y su visita, esa noche, quedaría cancelada. Me ayudó a calzar mis botas rojas de
Wellington, me abotonó el abrigo azul, me colocó la capucha, me abrió el
paraguas y me dijo que no tardara.
Crucé
el jardín dándole patadas a la nieve que se esparcía como azúcar. Siempre le
tuve miedo a la gélida anciana. Evitaba pasar por su casa desvencijada y
solitaria. Pero un atardecer de otoño oí gemidos en su jardín. Me acerqué de
puntillas. Era un esquelético espantapájaros jugando con el viento y, en la
huida, tropecé con su mirada de hielo. Era alta, melena blanca y ojos grises que
nadaban en un rostro adusto. «Niña ¿qué estás buscando?», me preguntó. No paré de correr hasta
llegar a casa sin aliento y sin la cartera de clase. Eloísa Valcárcel la trajo
y le contó a mamá que se me había caído, sin más detalles.
Las
Wellington rojas se hundían en el suelo blanco y se hacía difícil avanzar. La
nieve caía iluminada bajo las farolas y en las cercanías de la plaza mayor, el
cielo se cubría de centenares de luces de colores. La callejuela que llevaba a su
casa estaba mal alumbrada. Toqué en la puerta con los guantes puestos y deseé
que no estuviera. Abrió enseguida. Le tendí el pastel. Me invitó a pasar. Me
negué. Insistió. La nieve arreciaba. Entré temblando de frío. Me llevó a la
sala que permanecía en penumbra. Muebles viejos, sillones tapizados en tafetán granate y verde, cortinas raídas, ningún adorno de Navidad, ni aromas dulces.
Encendió la chimenea y me pidió que me acercara al fuego. La nieve no paraba de
caer «¿Me tienes miedo?» me preguntó cuando empecé a sollozar. «Un poco —balbució— pero no lloro por eso, es por Papá Noel que llegará a casa y no me encontrará». «Cuando pare de nevar regresarás con tus padres». Desapareció y al poco rato
entró con un enorme arcón polvoriento. Lo abrió. Dentro guardaba un abeto
tallado en madera con bolas envueltas en papel amarillento y guirnaldas de
colores. Me pidió que la ayudara. Lo sacamos, limpiamos cuidadosamente cada
adorno y le colocamos velas que yo encendí una a una. Después extendió un
mantel con muérdagos y flores de Pascua. Puso el pastel en el centro, junto a
una lata de galletas de jengibre donde niños victorianos patinaban y se
deslizaban en trineo. Preparó un chocolate que bebí deseando que no contuviera una
pócima maléfica. El tiempo pasaba y fuera se acumulaba la nieve. Terminó
sirviendo una sopa improvisada. Cuando recogió los platos la acompañé a la
cocina. La nieve cubría el alféizar de la ventana. «Mira hacia el bosque de pinos»,me indicó con la mano. Allí parpadeaba una luz, Papá Noel estaba cerca y aún no
había pasado por casa. Di saltos de alegría.
Salimos al jardín, la nevada había
cesado. Pasamos junto al espantapájaros convertido en un estilizado muñeco de
nieve. Casi volábamos y, en una de las aceras, Eloísa resbaló y cayó de bruces.
La ayudé a levantarse mientras reíamos. Cuando llegamos a casa sacó de
debajo de su abrigo una muñeca de trapo con unas trenzas pelirrojas de estambre. «Papá Noel la dejó la Navidad que se llevó a mi hija en su trineo». Me besó en la
frente y se fue arrastrando la nieve con su abrigo.
Felicidad hermosas letras, todo llega y se va de la misma forma dejando siempre el sentimiento del instante.
ResponderEliminarFeliz Semana
Saludos desde Abstracción texto y Reflexión
José Ramón, los sentimientos dejan esa estela que conduce a los recuerdos y a la nostalgia.
EliminarGracias por visitar el Café Literario.
Un abrazo
Tu cuento de Navidad me ha introducido completamente y con total facilidad en aquella infancia donde los cuentos tenían el sabor a bolas de colores colgadas de un árbol, al juguete de la nieve que esperaba detrás del alféizar al amanecer, a golosinas y a ilusiones metidas dentro de un gran calcetín rojo navidad.
ResponderEliminarEntrañable cuento capaz de despertar
sentimientos dormidos en el sueño de los años.
Un abrazo, Felicidad.
Marisa, es un cuento de Navidad que quiere reflejar en parte, como bien apuntas, esa infancia donde los objetos luminosos, brillantes coloristas adquirían una dimensión de convocatoria, de acontecimiento y de dulce espera. Aunque el personaje también encuentre en ese arcón de la niñez tristezas guardadas.
EliminarGracias Marisa por tu presencia en el Café Literario y por tu comentario que enriquece este relato.
Un abrazo muy grande
¡¡¡Pobre Eloisa!!!¡Que anciana más entrañable!
ResponderEliminarElla estaba sola y lo mejor que pudo pasar es que fuera Dácil y comenzará a nevar para fraguarse una amistad inter-generacional y, de paso, extender todos esos artilugios de Navidad que estaban escondidos. El sinuoso espantapájaros se convirtió en un dulce muñeco de nieve y Eloisa le cedió esa muñeca de la hija que se llevó Papa Noel en su trineo...
Sencillamente...¡¡¡Magistral!!!¡Que historia más bonita!
Abrazos y besos.
Pedro Luis, la fría nevada permitió que dos ser tan distantes compartieran la Navidad y como cambia la percepción de las cosas cuando se produce el conocimiento y la cercanía.
EliminarGracias Pedro Luis por tu lectura tan profunda y por analizar los detalles que marcan este relato y por tus paabras generosas.
Un gran abrazo
Un relato muy acorde con estas fechas y muy bien contado. Excelente la descripción que hace al comiento del texto.
ResponderEliminarSaludos
Antorelo, sí, es un relato perteneciente a una mini serie de cuentos de Navidad para estas fechas.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Gracias por tu comentario
Un fuerte abrazo
Hola tesoro.
ResponderEliminarMe está apeteciendo a mí también tomar un chocolate como el que preparó Eloisa a Dácil.
Cuántas historias hermosas se guardan en Bórcor esperando a que las cuentes, ¿verdad?
Me ha parecido un hermosísimo cuento de Navidad. Me has hecho sentir el miedo de la niña al entrar en la casa de Eloísa Valcárcel y una inmensa ternura al entregarle la muñeca. Ha sido estupendo y no exagero nada. Me hace pensar en tantas y tantas personas qu, tras haber perdido parte de su vida, se encierran entre cuatro paredes y son tomadas por chifladas o por brujas siniestras. Creo que en esta sociedad estamos faltos de comunicación y me alegro de que en Bórcor haya aún personas tan sabias como la mamá de Dácil.
Gracias, nuevamente por una gran historia.
Un besazo muy fuerte, preciosísima.
Towanda, sí, Bórcor aún esconde muchas historias y no todas de Navidad, amiga.
EliminarMe alegra que hayas reparado en una de las cuestiones fundamentales de esta historia -y de muchas otras que también he escrito- que es el gran conflicto de la incomunicación y las consecuencias que se derivan de la misma. En este relato situado en una fechas muy significativas de encuentros y nostalgias he querido plantear este tema.
Towanda en el Café Literario ya te estamos preparando ese chocolate especial para que te lo tomes en tu próxima visita.
Besos y abrazos.
you are very creative, talented professional. is a pleasue to read you kisses charles
ResponderEliminarCharles, thanks you for your nice comment.
EliminarA big hug
Tal vez despues de esta visita se disipo el miedo.
ResponderEliminarUn cuento que me hizo recordar mi niñez en casa de los abuelos.
Un abrazo enorme y feliz semana.
Betty, me alegra que el relato de alguna manera te haya hecho viajar por esa nostalgia de la infancia y los abuelos.
EliminarGracias por tu presencia en el Café Literario y por dejar tu comentario.
Un gran abrazo
Quantas e belas histórias ainda saem deste baú, Felicidad. Leio-as com tanto prazer. O que mais me encanta é a atmosfera, um certo clima de mistério e sombras que encontro em praticamente todas as narrativas. Me encanta sempre.
ResponderEliminarBeijos.
Gilson.
Gilson, gracias por venir desde el bello Brasil a leer las historias de este Café Literario.
EliminarAgradezco mucho tu comenatrio.
Un gran abrazo
Hola querida amiga,
ResponderEliminares una historia perfecta que refleja la mas frondosa imaginacion infantil, y me gusta porque, ademas, esta llena de matices. Por un lado la inocencia y temores de Dácil que me permite aspirar el aroma de mi infancia extraviada, y por el otro la dureza con que la vida ha tratado a Eloisa, quien junto a la niña puede vislumbrar cierto rayito de luz entre tantos inviernos tormentosos. De eso se trata esta fecha: de brindar calor al corazon.
Tierno cuento, super indicado para Navidad; conserva valores esenciales y lleva el sello intacto de Felicidad.
Un abrazo grande.
Carolina, sí, el relato discurre a través de la mirada de una niña que percibe el mundo que la rodea desde esa visión. Los recuerdos, la nostalgia y una historia nos situan en una Navidad que como todas tiene magia, tristeza, ilusión...
EliminarGracias por venir desde el primaveral Buenos Aires a este Café Literario y dejar la impronta de tu comentario.
Un abrazo muy grande
¡Qué dulzura de cuento navideño! Tienes una capacidad natural muy grande para elegir nombres extraños. Sólo los nombres tienen valor por si mismos. Ellos, con su carga de misterio nos adentran con curiosidad en el desarrollo de la historia.
ResponderEliminarEs una historia sencilla, parecida a la que muchos vivimos en la infancia, llena de miedos y visiones, pero lo bueno de ésta es tu forma de narrarla. Esas frases cortas, rotundas, sin vuelta atrás ni lugar para ninguna improvisación, ni siquiera en las descripciones, magistrales y densas. Dices "nieva" y el lector ve la nieve y siente su frío de "azúcar"... Una historia tierna, intensa y colmada de sinceridad.
Me encanta leer lo que escribes, me gusta tu estilo porque, diríamos, se enfrenta al mío, es decir, tú eres el concepto y yo... otra cosa.
Enhorabuena. Un abrazo.
Aurora, sí, el estilo tiene mucho que ver con el punto de vista del narrador que cuenta la historia y obviamente con la voz propia. En todo caso, la diferencias estilísticas y narrativas, amiga, nos acercan en el placer de la lectura pues yo disfruto mucho con tu prosa y con tu poesía.
EliminarGracias por enriquecer este relato con tu análisis. Un lujo. Gracias también por tus amables palabras.
Un abrazo muy grande
Felicidad,has logrado dar un toque mágico a esta historia...El espíritu navideño toca a las protagonistas dotándolas de alegría y sentimiento...Ese sentimiento,que disipa la duda,el miedo y la distancia.
ResponderEliminarPreciosa la ambientación detallada,el ánimo y la palabra justa,que aporta una preciosa y sentida emoción al relato,amiga.
Mi felicitación por esa maestría,que nos deja siempre lo mejor.
Mi abrazo inmenso por Ser,Estar y escribir,compañera y amiga.
M.Jesús
María Jesús, como bien dices el espíritu navideño impregan este relato y permite que la "magia" de la comunicación permita conocer y acercarse a los personajes.
EliminarMi agradecimiento amiga por tu presencia en el Café Literario enriqueciendo este espacio.
Un gran y cercano abrazo
Querida Felicidad, que los techos de Bórcor te protejan siempre de las duras heladas y de los malos tiempos, y como a Dácil te rodee siempre el amor y el cariños de los tuyos.
ResponderEliminarUn gran abrazo navideño.
María, la calidez de la gente que nos rodea es el mejor antídoto contra las heladas. No importa que estas personas estén lejos, la cercanía emocional reduce distancias.
EliminarMi querida amiga, gracias por venir desde Caracas al Café Literario.
Un fuerte y muy cálido abrazo.
Es increìble como la imaginaciòn de los niños vuela...en un Borcor vestido para celebrar la Navidad, nos has dejado un tierno relato, te aseguro que vi como se hundìan las botas de goma de la niña en la nieve y el estilizado espantapàjaros,como un mudo testigo de los sentimientos màs profundos de los personajes.
ResponderEliminarExcelente!
Te dejo un abrazo fuerte querida Felicidad.
Adriana, el espantapájaros como bien has reparado en ese detalle importante en el relato, es un símbolo de la relación que se establece entre los dos personajes. La visión del solitario habitante del jardín se vuelve un muñeco de nieve cuando entre la mujer y la niña ya ha desaparecido el miedo.
EliminarGracias estimada amiga por tu comentario y por tu tiempo.
Un abrazo grande
Ya sabemos que el ritual de la navidad actual deriva de los rituales del solsticio de invierno en el norte del planeta donde se celebraba el renacimiento del sol y con ello el de la naturaleza y el de la sexualidad o el de la vida en su totalidad. Las más nombradas celebraciones de estos acontecimientos para la cultura occidental en sus inicios son las conocidas fiestas al dios Dionisos que luego para los romanos fueron las bacanales en honor a Baco. Posteriormente el cristianismo adopta el simbolo del nacimiento del hijo de su dios para estas fechas ligando el antropocentrismo a su imagen y semejanza de todo el universo. Es evidente que el uso de la figura del niño opaca el renacimiento universal centrándolo en un bebé divino que actualmente el consumismo une al mercado con el santo dador de regalos que se consiguen en todas las tiendas para esta época. La modificación y adapatación del ritual fue hecha desde una concepción patrialcal y como dije antes antropocéntrica.
ResponderEliminarCuando uno se enfrenta a una narración de la festividad desde una mujer las cosas toman otros matices como es el caso de este cuento.
La historia gravita en el sentir de una niña que espera en la figura de un padre dador y suplidor un regalo que baja del cielo, lo que es en parte interrumpido por el grito de su madre que con amor ha horneado una torta que debe ser llevada a otra mujer que la niña temía y que esta a su vez arrastra un drama muy terrenal por la pérdida de una hija pero que se solaza al ver la pequeña a pesar que sabe le provoca miedo. Lo bello de la narración está en esa reconciliación de lo femenino perdido, en ese renacimiento de la fe de reestablecer el fluir femenino del mundo cuando la señora comparte el protagonismo con Santa Claus y deja de ser la vieja fea y bruja y pasa a ser simbolo igualmente de renacimiento cuando entrega a la pequeña la muñeca, figura femenina, de su hija que precisamente se había llevado el santo en su trineo!!! Ahora que las mujeres han decidido escribir como y desde su ser de mujer, se habre un nuevo apasionante capítulo del universo...Ojalá este nuevo renacer sea la nueva estrella que ilumine con justicia este planeta...
Un abrazo Escritora!!!
Artistos, amigo, qué añadir a tu magnífico comentario que nos repasa desde la erudición el largo proceso de los ceremoniales desde la Antigüedad hasta el Cristianismo y como los rituales y costumbres se han ido heredando o adaptando de acuerdo con las etapas y períodos de la Historia.
EliminarMe parece interesante la visión patriarcal y sus derivaciones que han condicionado el devenir de una parte de la humanidad: la femenina. Hoy, como bien apuntas, se abren nuevos horizontes para la mujer, al menos en la sociedad occidental pero queda aún mucho por hacer y mucho por cambiar.
Tu análisis de mi relato ofrece una perspectiva que lo enriquece y permite abordarlo desde una óptica que ilumina a la historia que narra entre líneas y a la reflexión. Me ha encantado que hayas reparado en el regalo de la muñeca por parte de la mujer.
Mi admirado filósofo, te agradezco tu intervención. Disfruto y aprendo mucho.
Un abrazo grande y cálido
Que maravilloso relato, la magia de la navidad esta en tus letras el espirito navideño nos llena de ternura y el sentimiento aflora.
ResponderEliminarLa comunicación es tan importante, aleja miedos, nos inunda de dicha y nos permite llegar a conocer a las personas.
Es maravillosa la emoción la dulzura y el sentimiento que se siente al leerla.
Mi felicitación Felicidad.
Un inmenso y cálido abrazo
Sneyder, es muy curioso que en la era digital, de las tecnologías de la comunicación, de las redes sociales, la incomunicación sigue siendo una de las grandes asignaturas pendientes del ser humano. El conocimiento, como bien dices, espanta al miedo.
EliminarGracias por tus palabras y por tu tiempo.
Un abrazo grande
Maravilloso cuento. Por qué será que los relatos navideños con nieve, tan diferentes a los nuestros, son más cercanos a los sentimientos. Nos elevan a imaginar cada paso, cada momento. La soledad de la anciana se ve y se imagina a través de tus palabras y la inocencia de la pequeña Dácil, su temor ante la vejez y el abandono de la solitaria casa; conmueven. Gracias Felicidad por regalarnos tanta buena literatura en cada texto.
ResponderEliminarUn abrazo.
mariarosa
María Rosa, persiste una imagen muy de postal y muy del Norte de dibujar la Navidad con nieve y a eso el relato no es ajeno pero puedo imaginar la Navidad del Sur, luminosa, soleada y cálida como tus palabras en este Café Literario.
EliminarGracias amiga escritora.
Un fuerte abrazo
Compartir es Navidad.
ResponderEliminarDavid, así es, compartir debe ser un lema extensible a todo el año.
EliminarGracias por tu presencia en el Café Literario.
Un fuerte abrazo
Querida amiga, tu relato ha logrado acelerar mi corazón por la zozobra de los acontecimientos en casa de Eloísa. ¡Qué lindo cuento, Felicidad! Una mistura de ternura, tristeza y temor. Te felicito y admiro, amiga y porque me sé apurada y no quiero dejar nada pendiente contigo ni llegar tarde es que, además de visitarte y recorrer tus letras de calidad artística que me invaden, que hablan de tus condiciones personales y de tu visión de la vida,quiero adelantarme y agradecerte en pocas palabras tu presencia fiel en mis Blogs, desde el tiempo en que nos conocimos y renovar nuestros vínculos por todo el año 2013, aunque yo, debido a estos cinco hijos extras que tengo (Blogs), no sea tan cumplidora como tú. Con mis mejores deseos de un mejor año, y de que pases feliz estas fiestas navideñas, te saludo con un fuerte, fraternal y perfumado abrazo.
ResponderEliminarQuerida Zuni, gracias por tu presencia y por tu palabras generosas en este Café Literario. Siempre te he admirado como escritora y poeta y por ser capaz de mantener activos cinco blogs.
EliminarAmiga me sumo a tus buenos deseos para el próximo año donde volveremos a encontrarnos en este espacio virtual.
Feliz Navidad para ti y toda tu familia.
Un abrazo cálido e inmenos.
Querida Felicidad:
ResponderEliminarTu relato se inserta en las complejas relaciones humanas. Existen seres que aparentan frialdad, dejadez, que nos causan por su apariencia personal lejanía; pero cuando nos acercamos y comenzamos a interiorizarnos de su espíritu, descubrimos la belleza y calidez de su alma. La protagonista aprendió que detrás de una figura no tan agraciada, se ocultaba una bella mujer que le regaló un significativo obsequio de Navidad.
Hermoso adelanto navideño mi querida escritora.
Besitos y mi constante admiración.
Taty, la comunicación, el conocimiento permite derribar barreras y acabar con los estereotipos y donde lo que ya se percibe es la esencia y no lo apariencia.
EliminarGracias por tu visita al Café Literario, por tu calidez y por tu cercanía.
Un abrazo muy grande
¡Enhorabuena, mi niña!
ResponderEliminarEres una escritora de los pies a la cabeza.
A esta historia no le falta detalle.
Desde las magníficas descripciones que nos transportan al lugar en cuerpo y alma, hasta el encuentro con la anciana que habla de ternura, cercanía, comunicación...
Has integrado perfectamente la inocencia infantil de Dácil con la existencia solitaria y preñada de recuerdos dolorosos de Eloísa... y el resultado no puede ser más esperanzador.
¡La magia de la Navidad, querida amiga!
Un abrazo desde aquí al lado.
Juglar, sí, la magia es la que ayuda a endulzar circunstancias y situaciones dolorosas. El encuentro y acercamiento de los personajes lleva al conocimiento y al entendimiento.
EliminarAmiga, agradezco mucho tu participación en este Café Literario y tus generosas y amables palabras.
Desde esta Islas que nos unen un gran y muy cálido abrazo
Siempre tienes la capacidad de emocionarme
ResponderEliminarYo mañana vuelvo a mi horita menos espero poder pillar wuifi y venir a felicitarte si no fuera así aqui te dejo un saco de los del gordo de rojo lleno de besos
40añera, bienvenida a la horita menos, amiga.
EliminarMis mejores deseos para estos días con tu familia en Gran Canarria.
Un abrazo grande y gracias por venir siempre a este Café Literario
Felicidad nunca me cansaré de decirte que eres una excelente escritora y que es de agradecer poder leer una literatura tan magistralmente relatada.Conviertes un paisaje navideño en una realidad palpable , se puede sentir ese frío característicamente invernal ,la ilusión que embarga por completo en la inocencia de los niños en esas fechas tan especiales y que brilla en la mirada de sus ojos.Y con brillantez sacas a relucir esa comunicación tan especial , la magia que convierte la lejanía en cercanía.
ResponderEliminarEnhorabuena ! Logras convertir simples palabras en puro arte.
Un cálido Abrazo.
Raelynn, gracias por tu comentario tan generoso. Sin duda, es un estímulo que lo que escribes llegue y guste. Tiene mucho de magia solo el hecho de la lectura pero sí además conecta de una manera o de otra con los lectores, este trabajo apasionante se ve doblemente compensado.
EliminarAgradezco mucho tus palabras.
Un abrazo grande
Querida Felicidad el espíritu navideño se muestra de distintas maneras, pero lo universal es la solidaridad, me ha gustado mucho este cuento, es muy dulce y tu lo has mandado como un regalo para todos nosotros, un abrazo muy cariñoso y gracias!
ResponderEliminarCarmen, sí, el espíritu navideño debería ser una actitud solidaria a lo largo de todo el año.
EliminarMe alegra que te haya gustado mi querida amiga.
Un abrazo grande hasta el hermoso y querido Chile
me ha dado la sensación e ilusión de cuando purrete
ResponderEliminarsaludos
Omar, gracias por visitar el Café Literario, por tu lectura y por dejar tu comentario.
EliminarUn abrazo grande.
Ya se respira a navidad, y más aquí en tu blog, con este bello cuento lleno de magia que nos has regalado en el que con él más cerca nos encontramos de la navidad y a ese mundo de sueños infantiles que nos haces retroceder entre letras.
ResponderEliminarGracias por ser parte de la magia en las letras y en este café.
Un beso.
María, así es, la Navidad ya está a la vuelta de la esquina y la magia de estos días también llega al Café Literario.
EliminarGracias, amiga, por tus palabras tan mágicas y amables.
Besos
Mi estimada Felicidad:
ResponderEliminarNos regalas una historia muy bella y muy de esta época cercana a la Navidad, una historia en donde, de nuevo, el ser humano está condicionado por sus propias historias, sus conexiones y condicionamientos sociales. El miedo y la soledad dejan de serlo en un determinado momento, bello por la hermosura de la nieve y el paisaje y, a su vez, difícil, por el frío y las dificultades para movilizarse. Surge aquí, a pesar de todo, el encuentro solidario de dos mundos representados en la niña y la señora Eloísa; quizá ellas sean el pretexto para mostrar que por encima de los miedos, de las barreras sociales, por encima, incluso, de las brechas generacionales, los seres humanos debemos unirnos y ser más justos y solidarios...Sólo así podremos algún feliz día decir con justicia: Feliz Navidad.
Bello relato y te presento mis disculpas por mi ausencia en tu blog pero ya tú sabes los motivos.
Recibe mi abrazo fraterno.
Mi estimado Gustavo, tu profundo análisis del relato nos acerca a la esencia de esta historia que nos habla de la incomunicación. Y del enriquecimiento que supone el conocimiento, el diálogo, la cercanía.
EliminarLa unión solidaria de los seres humanos, amigo, debe prevalecer por encima de las fechas y hacerse extensiva a lo largo de todo el año. Quedna muchas injusticias por vencer.
Mi querido amigo, agradezco mucho tus visitas a este Café Literario pero muy especialmente en estos momentos. Todo mi cariño contigo y no te preocupes por las lecturas.
Un fuerte y cálido abrazo.
Volver a leer tus inquietantes textos es emocionante.
ResponderEliminarya llegan estas fechas tan entrañables deseo que la paz y la ilusión llamen a la puerta de tu hogar, que las disfrutes.
un abrazo.
Ricardo, te deseo, admirado poeta, una Feliz Navidad y un Año Nuevo donde no falten los sueños, las ilusiones y mucha poesía.
EliminarUn abrazo grande
HOLA FELICIDAD
ResponderEliminarHE QUEDADO MARAVILLADA CON ESTE RELATO EN EL QUE DESCRIBES UNA NAVIDAD MÁGICA Y DIGO MÁGICA PORQUE YO NO LA CONOZCO DE ESE MODO; SIEMPRE HE VIVIDO EN VERANO Y PAPÁ NOEL ES DE OTRAS LATITUDES, DEL HEMISFERIO NORTE, SIEMPRE EN TRINEO ENTRE LA NIEVE.
ES POR ESO QUE LOS TEXTOS COMO LOS TUYOS ME LLEVAN A UN MUNDO EN EL QUE QUISIERA HABITAR, TAMBIÉN A LA INFANCIA Y SUS ILUSIONES A FLOR DE PIEL, LA INOCENCIA, LA ESPERA... ESOS LATIDOS DEL CORAZÓN QUE LLEGABAN A LO MÁS HONDO DEL PECHO CUANDO SE ACERCABA LA HORA DE RECIBIR EL REGALO DEL NIÑO DIOS, DECÍAMOS ACÁ.
UNA MAESTRA FELICIDAD COMO SIEMPRE, NO ME CANSARÉ DE REPETIRLO.
LA NARRATIVA PERFECTA Y AMBIENTADA EN LUGARES DE NOVELA.
UN BESO GRANDE.
QUE TENGAS BONITO FIN DE SEMANA.
Luján, sí es una visión de la Navidad muy del Norte. Sé que en el Sur el verano marca la calidez y luminosidad de estas fechas. Pero con nieve o bajo los rayos del sol las ilusiones de la infancia son iguales en todas las latitudes, mi querida amiga, como bien dices en tu comentario.
EliminarGracias por tus palabras tan generosas conmigo.
Un abrazo cálido y enorme.
un relato que desborda magia y esa tan íntima certeza de que en el interior de cada ser humano siempre existe un espacio de amor, de necesidad de cercanía... sólo el desconocimiento nos cierra y nos aleja, siendo origen de tantos fantasmas evitables.
ResponderEliminaruna vez más es un deleite estar en este magnífico café, querida amiga, quiero agradecerte, además, tu compañía durante todo este tiempo, gracias por aceptar mis ausencias y comprender que este año ha sido para mí de muy profundos cambios.
con cariño, un muy fuerte abrazo!
Patricia, así es, la la comunicación, la cercanía y el conocimiento nos ayuda a comprender y derribar barreras que tanto aíslan.
EliminarGracias a ti por venir este espacio, y por supuesto, que entiendo las ausencias. No te preocupes amiga que este Café tiene libertad de horario. Sé lo importante que ha sido este año para ti.Y te deseo lo mejor.
Agradezco tus palabras, tu cercanía y claidez.
Un abrazo muy grande. Namaste
Querida Felicidad.
ResponderEliminarNo se si subirè alguna entrada hasta despues de Navidad.
Paso a dejarte un fuerte abrazo y mi deseo de que pases una luminosa y bella Navidad.
Un inmenso abrazo querida amiga.
Querida Adriana, Feliz Navidad para ti y los tuyos.
EliminarTe deseo lo mejor y que pases unos días cálidos y entrañables, amiga.
Un abrazo grande y cercano
Felicidad, que sigas dejando tan bellos relatos, llenando de letras e ingenio este espacio.
ResponderEliminarMis mejores deseos para ti, que la Navidad sea punto de encuentro de amor y paz junto a tu familia y amigos.
¡Feliz Navidad!
Un inmenso y cálido abrazo.
Sneyder, mis mejores deseos también para ti
EliminarFeliz Navidad y que pases unos días entrañables con la familia y con tus seres queridos.
Un fuerte abrazo navideño
Felicidad, me ha encantado tu relato, me ha recordado la película de Mujercitas... y me parecía estar pisando la nieve...
ResponderEliminarTe deseo una muy feliz Navidad, y que tus sueños más bonitos, puedas hacerlos realidad.
Un abrazo con mi cariño.
Ángeles, gracias por tu visita al Café Literario y por tus palabras tan amables.
EliminarFeliz Navidad también para ti.
Mis mejores deseos para estas Fiestas y para el Año Nuevo donde se cumplan los sueños y se renueven las ilusiones.
Un gran abrazo
Buenas noches ¡Ola Felicidad! Pase a desearte una feliz noche
ResponderEliminarSiento no haber entrado ante pero después del fallecimiento de mi madre la verdad no es que tenia gana de nada
Es bella tu entrada para estas fechas tan señalada, estos días todos nos volvemos muy melancólicos, baravilloso cuento
“El deseo de todos es que esta navidad la humanidad tenga un momento de paz y que el año nuevo sea un año en que todos podamos ser felices, pasen una feliz navidad y un prospero año nuevo”
Un abrazo muy fuerte
Te deseo unas maravillosas fiestas y Feliz Navidad
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Felicidad querida, un placer regresar a tu bello blog donde las letras se visten de gala.Agradecida por tu cálido mensaje y visita.
ResponderEliminarFeliz Navidad y maravilloso Año 2013.
Con todo cariño
Abrazos y besos
Raquel y familia