La mañana que entré en la noche caía una llovizna encendida bajo los rayos de sol. El arco iris se zambullía en el mar y se arqueaba hasta el horizonte. Pero un eclipse cubrió mis días. Y daba igual que inhalara el aroma de las buganvillas o escuchara la algarabía de los niños jugando en los parques. Me perdí en una interminable noche deshabitada, sin estrellas, sin ni siquiera el ulular polvoriento del aire calinoso.
Sostenía un paraguas por el que resbalaba la lluvia y mojaba a Raúl que me miraba amurallado. Él movió varias veces la cabeza mientras me repetía que no, que no podía continuar. Los últimos diez años se derrumbaron como un edificio dinamitado. Y los escombros oscurecieron el día. Vi el agua que discurría como un riachuelo junto a la acera. Pensé, que, tal vez, era yo que bajaba por la calle diluida. Enmascaré mi perplejidad con un falso «entiendo». Y él se subió el cuello de la chaqueta, se giró, y se alejó con las manos en los bolsillos. Yo también me di la vuelta y me fui en dirección contraria, hundiéndome en la noche.
Dimití del día. Pero cuando la negrura arreció, me fui al frente de batalla. Y recorrí las trincheras del desamar. Al principio fue una lucha desigual, como si en solitario atacara a los guerreros de Xian. Pero poco a poco fui aplicando técnicas de guerrilla. Dinamité recuerdos, destruí fotos, cartas, y otros documentos dolientes. Volé el puente hacia la nostalgia, olvidando canciones y censurando películas. Pero mi avance se detenía siempre ante la imagen de Raúl alejándose de espaldas, bajo la lluvia. Continué nadando en ese mar pedregoso de abandono y ausencia, sin victoria, sin armisticio.
Una tarde, noche para mí, me tropecé con Raúl en una calle estrecha del centrode La Laguna , junto a la iglesia de La Concepción. Me invitó a un café en el Venezia. Nos sentamos delante de un gondolero que remaba alegre bajo el Ponte Vecchio. Hablamos de lo bien que marchaban nuestras vidas. Raúl me contó su proyecto de dirigir Esperando a Godot, en otoño. Yo envolví mi trabajo en la aduana con papel de celofán. E improvisé los detalles de un próximo viaje a Nueva York. No flanqueamos la línea del pasado ni nos citamos en el futuro. El presente nos inundó entre los canales que colgaban fotografiados por las paredes.
Antes de despedirme le pedí que no se levantara, que permaneciera allí hasta que abandonara el Venezia. Cuando llegué a la puerta del Café, me giré y me despedí levantando la mano.
Me adentré por la calle adoquinada de San Agustín. Las farolas se fueron encendiendo como luces de gas; las estrellas se balanceaban encima los tejados, pero por las esquinas ya se apostaba el amanecer. Ahora, recordaba a Raúl sentado, esperándome.
Esa última imágen de despedida deseando que fuera el comienzo...
ResponderEliminarMe gusta como escribes.
Abrazo
Aniagua, así es, el final cambia al perspectiva de esa imagen inicial. La realidad siempre es poliédrica.
Eliminargracias por tu lectura y por tus palabras.
Un gran abrazo
Bonito relato donde nos muestras como una se va curando de lo avatares del amor y como el tiempo hace de una despedida igual que antaño algo menos dolorosa vista desde otra perpectiva.Un placer pasar por tus letras Felicidad,besos amiga
ResponderEliminarShantal, como le comentaba a Aniagua, la realidad puede enfocarse desde distintos puntos de vista, es aconsejable; especialmente cuando las salidas se cierran. Y en este relato así sucede.
EliminarAgradezco tu tiempo y la amabilidad de leer en este Café Literario.
Un gran abrazo.
Caminé cada uno de los pasos, me adentré en cada negrura de la noche o de la mañana, olí el cafè en el Venecia, o más bien en Venezia y me recordó cuan bien hace desprenderse de las mochilas del malamor y del desamor, pero nada reemplaza la última mirada con sus posible futuros.
ResponderEliminarUna gozada leerte mi querida amiga.
Un abrazo inmenso
Maffi
Maffi, me alegra que de alguna manera entraras en el relato y en las vicisitudes emocionales del personaje que pese a la noche busca incansable la tranquilizadora luz. El Venezia es un encantador lugar donde se toma muy buen café. Es difícil soltar lastre pero es sanador.
EliminarUn abrazo inmenso querida amiga
Que genial!
ResponderEliminarEstará dentro de mis predilectos jaja.
Hay relatos que conmueven al lector de manera especial, éste fue mi caso.
Esperando a Godot...Esperando a Raúl, Raúl alejándose bajo la lluvia..."Que profunda emoción recordar el ayer, cunado todo en Venecia me hablaba de Amor"
Delicioso.
Mil besos querida Felicidad.
Adriana, sí, amiga, hay una connotación entre la espera y lo simbólico de "Esperando a Godot" de Beckett, no en su vertiente existencialista pero sí esa espera de alguien que nunca llegará.
EliminarVenzia que no es casual y tiene intencionalidad, también es un Café acogedor.
Me alegra que te haya gustado.
Muchos besos para ti, Adriana
Que buena idea la de cambiar la imagen del recuerdo, para que duela menos.
ResponderEliminarUn interesante relato de amor y desamor.
Amiga, un fuerte abrazo y lindo inicio de semana.
Betty, el personaje en su periplo por el desamar encontró que cambiando de óptica, el problema tenía una solución.
EliminarGracias por tu paso por el Café Literario.
Un abrazo grande para ti y una muy buena semana.
Magistral la forma de tratar un tema tan universal y repetido como el desamor, parece como si fuera la primera vez que leo sobre una ruptura.
ResponderEliminarAtinadas imágenes, metáfora pura, pura poesía.
Abrazo.
Gino, sí amigo, es un tema universal y recurrente en el arte y se hace preciso aplicarle una lente que lo evidencie desde distintos puntos de vista y sobre todo desde un trabajo de fondo pero también de forma.
EliminarPoeta, gracias por tus palabras. Un honor.
Un fuerte abrazo
Esas Técnicas de guerrilla, utilizadas para deshacer fisicamente recuerdos, mientras en el corazón seguían vivos momentos llenos de Fantasías y complicidades.
ResponderEliminarUn Relato magistral que no deja indiferente ante las sensaciones que se van sucediendo.
Abrazos y besos.
Pedro Luis, desarmar los recuerdos no fue fácil para el personaje, amigo, pero no duda en aplicar las estrategias y las tácticas precisas para reconstruirse.
EliminarGracias por tus palabras amables y por leer en el Café Literario.
Un gran abrazo
Si, amiga, a veces tenemos que crearnos nuestro propio cuento de la vida,una historia paralela a la que vivimos, cuando la realidad amenaza con dejarnos a un lado de nuestra propia historia.Tus preciosas imágenes, no pueden ser mas elocuentes y esclarecedoras, la noche y el día, el agua que empapa y otra que discurre ajena a todo lo que no sea su propio fluir...
ResponderEliminarMe ha encantado, Felicidad, que gusto leerte.
Un fuerte abrazo y feliz semana,querida.
María, así es, el personaje enfrenta su realidad y despliega recursos que le permitan sortear esa noche, esa negrura que se abate sobre su vida. En ese intento habitar por un mundo paralelo puede ser un salvoconducto.
EliminarQuerida amiga agradezco tu comentario y tus palabras.
Una buena semana también para ti y muchos abrazos
Que poema son tus cuentos. Una los va desatando palabra a palabra y la historia surge como si leyera una poesía.
ResponderEliminarLeerte es aprender a volar con la imaginación en cada párrafo, donde una mujer intenta destruir el pasado y se sumerge en un frente de batalla donde los recuerdos son soldados imposibles de vencer. Una belleza.
Como siempre, mi aplauso.
mariarosa
María Rosa, el personaje se nos va a un campo de batalla a librar esa lucha no siempre fácil de reinventarse y sobre todo de saber decir adiós y soltar todo el lastre.
EliminarTus palabras son generosas y un honor viniendo de una poeta y narradora como tú. Gracias.
Un gran abrazo, amiga.
Dinamitó recuerdos, rompió la delgada línea que había quedado en ella de nostalgia….Pero su presencia permanecía viva en ella. Le basto aquel encuentro con Raúl para ver florecer la esperanza y sentir o creer que él, la estaba esperando…
ResponderEliminarTus relatos tienen vida, sus personajes nos resultan familiares por su historia de desamor tan latente en estos tiempos...
Mi felicitación por tus maravillosos relatos.
Un cálido abrazo
Sneyder, los conflictos, los problemas se pueden enforcar desde distintos lugares y siempre es mejor enfrentarlos que sobrevivir entre recuerdos y devastaciones. Y en este sentido el personaje opta por luchar.
EliminarAgradezco tu tiempo y la deferencia de tu comentario.
Un abrazo grande.
Felicidad,la vida está llena de símbolos,como tus relatos...Esa lluvia,que cala el alma de tristeza, mientras se alejan en direcciones opuestas...sigue haciendo daño en el tiempo y no sirve de nada enfrentarse al recuerdo...Llega un momento,en que la protagonista cambia la perspectiva...Aunque el silencio no solucionó ese desamor...Sin embargo,se agarra a otros símbolos de esperanza,que le ayudarán a superar la ausencia...El libro de "Esperando a Godot" y la imagen quieta,que se queda "sentado en el tiempo de un café..."Todo ello enciende la luz de la esperanza y la noche dá paso al nuevo amanecer...
ResponderEliminarQué importantes son los símbolos y la perspectiva esperanzadora en nuestra vida,amiga...La vida la creamos cada uno y hemos de aprender a quedarnos siempre con el mejor pensamiento y la mejor imagen...
Mi felicitación por tu profundidad,que nos deja siempre más de lo que parece...Sabes escribir bellas letras y además...también hacerlo bien "entre letras"...
Mi abrazo inmenso y mi gratitud por tu cercanía,Felicidad.
M.Jesús
María Jesús, el personaje crea y despliega estrategias para enfrentarse a esa realidad que le es esquiva. Hay una resolución manifiesta por abandonar la caverna y salir a la luz.
EliminarValoro y agradezco tu reflexión sobre este relato. Enriquece y aporta esa mirada poética y literaria. Ahonda y se sumerge en la historia certera y analíticamente.
Gracias por este honor que me haces y que redunda en este intercambio literario tan fructífero.
Agradezco tus amables palabras.
Un fuerte abrazo, amiga
Hola, Felicidad.
ResponderEliminarHoy, el texto habla de despedidas y de personas que toman distintos rumbos en sus vidas después del cese del amor. El inicio es demoledor: "La mañana que entré en la noche..." Y las figuras y las metáforas rebosan con la maestría de quién controla la literatura a la perfección. Me he enamorado de este texto. Del eclipse que cubrió tus días y del ulular polvoriento del aire calinoso...
Bueno, es una MARAVILLA.
Lo que me da rabia es que no quedárais en el Café Literario; ese sitio tiene encanto y la historia, desde sus mesas, hubiera tenido otro final o no.
No me queda nada más que decir salvo que es un aprendizaje continuo el venir aquí, y que creo que eres la mejor de todas las relatistas que conozco.
Un abrazo y me voy orgullosa de poder pertenecer al club de tus amigos, de verdad.
Towanda, ya ves, mis personajes me abandona por la competencia. Si es mucho más acogedor e intimista el Café Literario. Pero ya sabes como son, en cuanto le escribes la personalidad ya se vuelven independientes y tomas sus decisiones. No creas, no me gustó nada que se fueran al Venezia.
EliminarQuerida amiga gracias por tus palabras y consideraciones.
Un abrazo grande
Buena solución encontró el personaje, sentir que se le esperaba sabiendo que le destrozaron el corazón. ¿El pensamiento es modificable si logramos maquillar las situaciones? tal vez amiga mía, tal vez. El personaje si lo logró.
ResponderEliminarMis cariños y felicitaciones querida Felicidad. Eres una escritora maravillosa que siempre sorprendes a tus lectores.
Besitos, abrazos por miles mi bella amiga.
Taty, espero que le personaje no haya maquillado su realidad, y que haya optado por una vuelta de tuerca, un enfoque distinto y más esperanzador. Querida amiga, gracias por tus palabras y por tu tiempo en este Café Literario.
EliminarUn abrazo grande. Besos
¡Hola,Felicidad!.Me encanta la historia.Me he vuelto a pasear por mi queridísima La Laguna,donde tan feliz viví durante cinco años.He recordado y he sentido un montón de cosas,pero,amiga mía de letras...¡me sigue sorprendiendo el alarde de metáforas,adjetivos imposibles,redacción a veces enrevesada pero que desarrollas inmediatamente de forma natural,clara,sencilla...!.Yo,como lectora empedernida,veo un camino lleno de perspectivas muy buenas.Espero y deseo no equivocarme.
ResponderEliminar¡Un fuerte abrazo!
M.ª Carmen, me alegra que por medio del relato hayas paseado por La Laguna y te haya evocado esos dulces e inolvidables recuerdos de tu estancia aquí.
EliminarAgradezco tu lectura y muy especialmente tus palabras que son estímulo y espero que un buen augurio.
Besos
bUENAS TARDES fELICIDA, ADMIRO LA FORMA QUE TIENES DE RELATAR TUS HISTORIAS, SABES ENCONTRAR METÁFORAS PRECISAS
ResponderEliminarBuenas tardes Felicidad. Me place siempre leerte, tus historias tienen la realidad presente de la vida, que bien sabes envolver con tus metáforas que me hacen pensar.
Por más que intentemos borrar el pasado,aniquilar los recuerdos, siempre vuelven y así se presentó Raúl otra vez, aún que no hablaron del pasado ni del futuro, de alguna manera para ella se quedó en la nostalgía de volver a renacer ese amor aplazado,
Con ternura te dejo un beso.
Sor.Cecilia
Sor Cecilia, agradezco tus palabras y sobre todo tu tempo en este blog y el análisis y comentario que siempre realizas sobre el relato. Y la reflexión que siempre nos dejas.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo grande
La nostalgia ahí en aquel momento.
ResponderEliminarSaludos
David
David, gracias por tu comentario.
EliminarFelicitarte por tus continuados éxitos literarios, Me alegro mucho.
Un fuerte abrazo
Perdida en la luz del sol o renaciendo con el arcoiris el personaje camina por el carril de la memoria y tambien del corazon. Que linda historia romantica y nostalgica como esa sensacion que nos suele traer la lluvia.
ResponderEliminarNo es una tarea facil de manejar, especialmente cuando despues de diez años ella se encuentra con las manos vacias, no sabe quien es y siente que quizas ya no sabe qué esta exactamente perdiendo o anhelando.
Un abrazo grande y pleno, Feli!
Carolina, así es, nos es fácil para el personaje volver a empezar. Reconstruir su vida, despedirse y soltar lastre. Y en esa lucha se debate entre esa nostalgia y esa imagen que le obsesiona.
EliminarGracias por tu poético y certero comentario, amiga.
Un abrazo grande hasta Buenos Aires
HOLA FELICIDAD
ResponderEliminarQUE BUENO SERÍA PODER ARMAR UNA HISTORIA PARALELA PARA PODER HUIR UN POCO DE UN PRESENTE QUE NO NOS DEJA VIVIR.
IMPRESIONANTES TUS DESCRIPCIONES FELICIDAD,ERES TAN BUENA ESCRITORA. ERES UNICA.
PERDONA QUE TARDO EN VENIR PERO HASTA QUE RECORRO TODOS LOS RINCONES SE ME "VIENE LA NOCHE" ES UNA MANERA DE DECIR.
GRACIAS... GRACIAS POR ESTAR SIEMPRE.
BESOS
PD CON RESPECTO A AUDREY TIENES RAZÓN, ERA ELEGANTE POR FUERA Y POR DENTRO, UN SER HUMANO EXCEPCIONAL, GRACE A QUIEN ADMIRO TANTO TAMBIÉN ERA MUY BELLA, FINA, ELEGANTE... UNA PRINCESA.
Luján, sí Audrey Hepburn era una magnífica actriz y realmente ha dejado películas inolvidables como Desayuno en Tiffanys, Sabrina, My Fair Lady y tantas otras. En ella se daba profesionalidad, elegancia, inteligencia, solidaridad ... Y por supuesto Grace Kelly fue una mujer muy elegante con una carrera cinematográfica más corta y con buenas interpretaciones como en Mogambo.
EliminarGracias amiga por venir y por tu tiempo en este blog.
Un fuerte abrazo, querida Luján
Tal vez la mejor manera de uno encontrarse a si mismo es olvidándose de si porque tarde o temprano alguien se encargará de recordárnoslo o de empujarnos hacia nosotros mismos.
ResponderEliminarCifrar o prendar nuestro ser hacia algo o hacia alguien siempre será estructurarnos sobre arenas movedizas o castillos de naipes, entonces la noche no será nuestra, ni el día tampoco, ni Venecia, ni New York y mucho menos la persona o personas que amamos, porque nuestra lógica existencial no nos pertenece.
El proceso de purga es un camino irremediablemente hacia si mismo, ese proceso de desarme del tiempo nos devolverá nuestro territorio libre y despejado para construir cualquier Venecia y sobre todo para darnos cuenta del sitio donde nunca habíamos estado.
A veces la literatura cuando apunta al centro provoca esto, dinamitar los refugios de mampostería en pendientes inclinadas.
Besos Escritora!!!
Aristos, sin duda, supeditar la felicidad propia y ponerla en otras manos es suicida. Y las estrategias desplegadas para salir del círculo puede resultar un cambio de vida o simplemente girar en el círculo ya vuelto en espiral. Y sí, da igual donde se huya si no se ha soltado lastre.
EliminarTodo camino es un aprendizaje, unas veces más ligero y otras más tortuoso. Pero si hay voluntad de cambio ese viaje al interior de si mismo, por doloroso que resulte, será de aprendizaje y de fortalecimiento.
Librar esa batalla es lo que el personaje se encomienda desde la conciencia de que toda guerra implica muerte y reconstrucción.
Gracias por enriquecer este espacio con tu magnífico análisis.
Un abrazo grande y muchos ánimos, amigo.
El amor es tantas veces ciego y tantas veces egoísta;ciego por no ver quién nos ama y egoísta por ver el amor donde sólo hay interés.
ResponderEliminarMuy bonito y embriagador, olores insulares embaucan al lector.
Besos.
Antonio, sí, en este relato los personaje deambulan por La Laguna en esas batallas, como bien señalas, de cegueras y egoísmos.
EliminarGracias por venir a la isla a leer.
Besos
Felicidad, admiro ese don que tienes
ResponderEliminarsaludos
Omar, gracias por tus palabras y por tu visita al Café Literario.
EliminarUn abrazo fuerte hasta Montevideo
Me ha gustado mucho todo tu relato, pero sobre todo ese giro sorprendente del final.
ResponderEliminarCariñoso abrazo Felicidad.
Pilar, la perspectiva, estimada escritora, es la que hace de un mismo acontecimiento poliédricas interpretaciones.
EliminarUn abrazo grande
Como cada vez que vengo, me quedo con ganas de que el relato se alargue más y más...
ResponderEliminarEste te hace reflexionar sobre los mecanismos de defensa del corazón herido para cambiar la perspectiva de los recuerdos.
Cómo la fijación en la mente del amor perdido y el dolor envuelto en visos de nuevas vivencias, se cambian finalmente por un recuerdo nuevo, creado para suplir a todos los anteriores, en el que, en vez de pérdida, se imagina que se trata de una separación provisional. Finalmente el reencuentro tendrá lugar, aunque sólo sea en su mente.
Vuelvo y me encanta lo que leo.
No podía ser de otra forma.
Besos.
Belén, así es, la batalla que el personaje libra contra sí misma, sus fantasmas y las heridas que deben cerrar.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Te agradezco tu tiempo y el comentario siempre enriquecedor.
Un gran abrazo
Querida Felicidad, he leído una y otra vez esta emocionante historia de amor, de desamor y de encuentro con uno mismo; todo el relato es de una exquisitez poética viva y asombrosa, hay en él la presencia mágica de la escritora y la poetisa y el resultado es, no sólo belleza, sino un contenido que se balancea entre lo sicológico y lo filosófico, porque al mismo tiempo que nuestra protagonista se sume en la "profunda noche del desamor", entiende ella que la vida no muere porque otra persona la haya dejado de amar y que hay que luchar para que vuelva a brillar el día. Paulo Coelho, hablando de los desapegos dice "No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!
ResponderEliminarPor eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros".
Entender que el mundo nuestro no termina de girar porque una persona nos deje de amar es aproximarse de manera resuelta a nuestro más alto nivel de auto-estima y, a partir de allí, podremos dar la batalla, no exenta de dolor, como lo ha hecho la protagonista de esta fascinante historia. Por eso, aquélla tarde (oscura para ella) cuando se encontró con Raúl, después de haber hablado de sus respectivos presentes, sin hacerse reproches, me parece que ella comprendió que, una nueva alborada, plena y exultante,comenzaba a besarle la tersa piel de su vida. La imagen de ella recordando a Raúl sentado esperándola es, a mi juicio, vital en este relato pues indica de manera rotunda que ella ya no es la que espera ni ha de morir de desamor, pero, también, desde el punto de vista sicológico podría interpretarlo como un mecanismo de defensa de ella para tratar de escapar de la soledad, en cualquier caso, el Ser humano elige su paraíso o su calvario.
Nuevamente, mi querida amiga, te exhorto a considerar la idea de publicar un libro con tus brillantes historias porque has demostrado con creces que tienes un talento que raya con la genialidad y, esto, no es adulación sino mi reconocimiento sincero a tu talento.
Recibe un gran abrazo.
Estimado poeta Gustavo, no puedo sentirme más contenta y feliz por este exhaustivo y pormenorizado análisis que realizas del relato.
EliminarPlena porque diseccionas certeramente el texto desde ángulos, no solo literarios sino también filosóficos y sicológicos.
En ese viaje que supone la vida se van adquiriendo conocimientos, aprendizajes. El ser humano se va llenando de cuanto va encontrado en su camino con mayor o menor acierto en la elección de lo que toma, o lo que es inevitable. Pero una de las asignaturas más difíciles de asimilar, es también una habilidad, es la de soltar lastre. Dejar aquello que ya no aporta nada o solo dolor. Y aquí, en este relato, el personaje es consciente de esa necesidad ya no solo como bienestar emocional sino como estrategia de supervivencia.
Y así es amigo poeta, esa última imagen que ella retiene, es clarificadora. Ella ya ha dejado de esperar como analizas con acierto.
Agradezco tu profundo comentario que enriquece y honra grandemente este blog. Ilumina y me estimula a seguir trabajando.
Ojalá algún día pueda publicar un libro que reúna buena parte de los relatos que aquí se han publicado y lo que aún están inéditos. En esa dirección también trabajamos.
Gracias por tus palabras y por tu presencia en este Café Literario de la que aprendo tanto.
Un gran abrazo, amigo.
Me he inundado de emoción, belleza y amor, al terminar de leer tu relato, Felicidad.
ResponderEliminarYa desde las impactantes primeras palabras de su comienzo, "La mañana que entré en la noche", se intuye que la corriente del sentimiento nos va a llevar a su antojo por el curso de tus frases. Jamás una tristeza ha sido tan demoledora como cuando una mañana de lluvia el corazón de una mujer se diluye en el riachuelo de la acera. Jamás una esperanza ha sido tan bello sueño como fotografiar en la retina a ese hombre amado sentado, esperando su salida del Café, pero al fin y al cabo, esperándola.
Este trayecto ha sido bellísimo, Felicidad. Mi aplauso y admiración.
Un beso.
Marisa, me alegra que ta haya gustado.
EliminarLa realidad como la ficción es poliédrica. Y el personaje "diluido" bucea y emerge apuntalando ese enfoque que le va a permitir salir de su laberinto.
Agradezco tu tiempo y tus palabras. Un estímulo para seguir trabajando en esta pasión que compartimos, la literatura.
Besos
Hola, estoy de vuelta.
ResponderEliminarMe tomé un descanso para renovar fuerzas y seguir en la brecha.
Vuelvo a tu Café Literario y me encuentro con tus maravillosas letras, siempre con ese sello de calidad que pones en cada relato.
Me encantó. El que transcurra en La Laguna, en esos lugares que transito a diario, es un aliciente más de la historia.
Y vuelves a bordar el final, esa hábil estrategia para seguir caminando, hacia el futuro, sin volver la cabeza. Una cosa es el recuerdo de Raúl de espaldas, alejándose y otra, bien distinta, es recordarlo, sentado, esperándola.
(Por supuesto, sigo apoyando a Gustavo para que publiques tus magníficos relatos)
Mi aplauso y abrazo cercanos.
Juglar, sí cuanto tiempo sin encontrarnos en este espacio virtual.
EliminarMe alegra volver a contactar y leer de nuevo tus poemas.
Sí, en este relato encontrarás esos espacios comunes que conoces tan bien como La Laguna.Seguro que más de una vez nos hemos cruzado por San Agustín o hemos compartido sin saberlo algún café en el Venezia.
Gracias por tu apoyo tan necesario en estos tiempos para publicar.
Agradezco tu visita y tu comentario.
Un fuerte y cercano abrazo
Me alegro que te haya gustado ni sencillo Madrigal.
ResponderEliminarGracias
Un abrazo
Sor.Cecilia
Sor Cecilia, me ha encantado el madrigal.
EliminarGracias a ti por compartirlo.
Un fuerte abrazo
Ese cuadro me recuerda el estilo de Hopper, aunque para él quizá le sobraría gente.
ResponderEliminarUna historia sencilla contada con sencillez. Una historia de tantas que se tejen en cualquier esquina del desamor. Una venganza sutil: Raúl que espera. Una venganza tejida en la imaginación para compensar la otra espera. Una historia sugerente y, como todas las tuyas, hilada con maestría. Un abrazo, querida escritora.
Aurora, es de Hopper, amiga. Este pintor estadounidense al que tanto admiro, colocaba pocos personajes en sus cuadros pero casi siempre inmersos en el silencio y la incomunicación. Un tema que me seduce.
EliminarGracias por tu lectura, tu comentario y por tus amables palabras.
Un abrazo grande
Touche!! Felicidad, diría un buen francés, me ha encantado la estrategia desplegada frente al dolor, eres una genio, un abrazo cálido,
ResponderEliminarQuerida Carmen, me alegra que te haya gustado esa estrategia que el personaje despliega.
EliminarGracias amiga.
Un cálido abrazo
De la mano de la protagonista recorro esos lugares que me saben a juventud, a pasado a recuerdos caídos sobre esos adoquines que tantas veces recogieron mis pasos y me siento en ese café a tomar mi barraquito y contemplo la escena que tu sabes dibujar admirablemente con palabras amiga
ResponderEliminarBesotes
Felicidad, como no has vuelto a publicar nada, he venido para atrás en tu blog, y he visto que ésta entrada se me había pasado, así que aquí estoy comentándola, después de saborear tus letras.
ResponderEliminarTienes una manera magistral de narrar la historia del desamor en el que te va envolviendo con cada frase que vas escribiendo haciendo ver ese mundo triste, sin estrellas, sin sol, la lluvia se hacen lágrimas de tristeza, todo se derrumba en esa despedida, pero al final todo se puede transformar desde el lado mágico de la ilusión y esperanza.
Felicitaciones, por tu bellísima manera de transmitir relatos, es un placer estar en tu café literario.
Un beso.