«No hay un solo día que no recuerde la noche del naufragio», me soltó de pronto mamá. Sentadas en el viejo pantalán de madera, le había contado la ruptura con Paolo. Que me dolía regresar de nuevo a Florencia y encontrar la casa llena de su ausencia. Cerró el libro de poemas de Cavafis que aún mantenía abierto. La tarde se despedía azul con cirros grises. Siempre taciturna, rompió a hablar en un largo monólogo con la mirada anclada en el horizonte. La tempestad aventaba olas altas como farallones.
«Tu padre navegaba en los bacaladeros del Norte. Salí a proteger las ventanas y un golpe de viento me arrastró por el jardín, me empujó contra la valla, y rodé por el suelo fangoso. Sola, había librado otros inviernos en esta alejada isla de Whalsay, pero mi espíritu del sur aún no se había adaptado a su aspereza. La tempestad rugía entre dentelladas de relámpagos. Las nubes descargaban agua como toneles reventados. Las ovejas resistían aovilladas junto a la casa. Y la mar atacaba con latigazos de viento y espuma. Cuando por fin pude ponerme de pie vislumbré, entre la lluvia y la niebla, el bailoteo de unas luces en la costa. Eran como estrellas que se hubieran caído al agua. Traté de correr pero la furia del aire me empujaba hacia atrás. Resonó el crujido de una nave despedazada contra las rocas. Siguió una deflagración y aparecieron pequeñas fogatas como islas incendiadas. El olor a algas y salitre se mezcló con el hedor a gasóleo. A empellones alcancé la resbaladiza orilla. Grité pero sólo respondieron el oleaje y la madera que crepitaba en medio de una gran humareda.
Me adentré en el agua y descubrí a un hombre que flotaba junto a una bengala. Nadé, pero el mar me rechazaba. La marea jugaba a acercarlo y alejarlo. Se perdía en la oscuridad y reaparecía de pronto a más distancia. Las olas me envolvían y cegaban. Agotada, me abandoné para que la corriente me sacara fuera. Fue entonces cuando sentí el golpe de su cuerpo contra mi espalda. Me giré, lo agarré por los hombros y tiré de él hasta sentir las algas y las piedras bajo mis pies.
Le hice vomitar todo el océano que se había tragado. Aunque no pude extraerle aquel que por las noches ahogaría sus sueños de náufrago. Temblando, ensangrentado, y sin apenas ropa conseguí arrastrarlo hasta la casa. Lo sequé, le curé las heridas, y le di comida caliente.
Sus ojos, del color de las almendras, venían de contemplar el monstruo que esconde el mar. La piel curtida al sol y a la sal envejecía su rostro hasta los treinta años. Hablaba en un idioma gutural. Me señaló en un mapa el mar Mediterráneo y marcó con una cruz la isla de Paros. Durante los días que duró la tormenta nos comunicamos por gestos, dibujos y risas. Era un trabajador de una plataforma de petróleo y había salido a pescar con el atrevimiento de quien conoce las Cícladas pero ignora las islas escocesas y el oleaje que las asuela».
Mamá se quedó en silencio. El mar ya se había tornado rojizo y en el cielo se acumulaban briznas de nubes parduscas. Nikos se fue en el primer barco que atracó en Whalsay. «Aquí, Irene, el viento y el salitre cicatrizan pronto las heridas», me soltó bajo una llovizna que comenzaba a caer.
Regresamos a la casa. Vi mi rostro en el espejo de la entrada. Y recordé, como una bengala que se prende, cuando Paolo me decía que mis ojos tenían el color de las almendras.
Queridos amigos dentro de unos días me iré de vacaciones.
ResponderEliminarLes deseo un feliz verano y un cálido invierno austral.
Dentro de unas semanas regresaré al Café Literario.
Un abrazo a todos
Te has despedido con un buen relato. Que lo pases bien.
ResponderEliminarsaludos
Anterelo, gracias.
EliminarTambién te deseo un feliz verano, templado y marítimo.
Un fuerte abrazo
Me gustan los giros que le das a tus relatos, tus descripciones me fascinan.
ResponderEliminarYo procuro también usar descripciones , es como si estuviera realmente dentro de mi propia historia...
Un abrazo y que pases unas felices vacaciones
Aniagua, es un intento reiterado que la historia desde su inicio pase de ser leída a que el lector se sumerja y la transite como propia o como testigo directo o cercano. No siempre se logra pero es un objetivo en el que ponemos empeño y trabajo.
EliminarAdmiro como escribes y disfruto de tus micros.
Un abrazo grande y buen verano
Efectivamente, tus descripciones son tan reales, tan gráficas, tan nítidas...que es fácil integrarse en el paisaje de tus relatos.
ResponderEliminarÉste me gusta, como me gustan todos. Te lo seguiré repitiendo una y otra vez.
Y esos finales que nos ofrecen otra perspectiva, aún más interesante: con una cuantas letras, muy bien hilvanadas, el color almendrado de unos ojos descubre un episodio que marcó una vida.
Mi aplauso, siempre, escritora amiga.
Un abrazo cercano.
Loly, así es, el color de los ojos es revelador de los sucedidos.
EliminarLas consecuencias de un naufragio, de los tantos naufragios a los que el ser humano enfrenta.
Gracias por venir al Café Literario y por tus palabras y consideraciones.
Un abrazo cercano y muy marítimo.
Una prosa poética donde tus metáforas nos hacen ver y sentir en la cara ese viento furioso y el mar galopando enloquecido. Luego nos deslumbramos con la historia de una mujer y su hija con ojos color avellana.
ResponderEliminarUn placer leerte. mi querida Felicidad.
Que pases unas felices vacaciones, descansa y que las musas te acompañen.
Un abrazo.
mariarosa
María Rosa, esa es la clave de la historia admirada escritora, el color de los ojos.
EliminarMuy agradecida por tus lecturas siempre enriquecedoras. Por la generosidad de tus comentarios y por estar siempre en el Café Literario.
Gracias por tus buenos deseos. Trataremos de recargar unas energías muy agotadas últimamente.
Nos encontraremos nuevamente muy pronto.
Besos
Ese espejo que hace reflexionar y meditar sobre las decisiones que la vida o nosotros mismos pueden tomar, cambiando rumbos y marcando Destinos.
ResponderEliminarUna Preciosidad de Relato. No sé como lo haces, pero me haces penetrar en tus relatos y vivirlos con una inmensa empatia y complicidad...Precioso.
Que tengas unas muy buenas y lindas vacaciones.
Te echaré de menos.
Abrazos y besos.
Pedro Luis, el espejo tiene esa magia de traernos evidencias que siempre han estado al otro lado pero que tal vez nunca hemos vistos.
EliminarAdmirado poeta seguiré muy pendiente de su periplo por el Camino de Santiago.
También yo los echaré de menos pero volveré muy pronto.
Un fuerte y cálido abrazo
El color de las almendras y el tormentoso color del naufragio se han fundido en una hermosa historia, evocativa; ese naufrago intenta hacerme ver que a veces aparecen seres que sirven de puentes para que dos personas luego logren mantener una vinculacion profunda. Esa mano que se tiende para tomar la otra y descubrir la dicha de la amistad.
ResponderEliminarBonita historia, especial para que nos quedemos esperandote. Felices vacaciones, Feli!!
Carolina, el mar en sus múltiples y constantes naufragios siempre queda flotando parte de él.
EliminarUna metáfora que navega por el relato y se resuelve el el color de las almendras.
Gracias querida amiga por esa lectura siempre profunda y por estar tan cerca.
Un fuerte abrazo, nos vemos pronto.
Sobrevivir a los naufragios deja grandes enseñanzas, los monstruos marinos suelen aparecer sin aviso en cualquier sueño o vigilia.
ResponderEliminarHeroico salvataje... hermoso relato querida Felicidad.
Un inmenso abrazo y felices vacaciones.
Te voy a extrañar!
Adriana, los naufragios cotidianos traen nuevas y renovadas posibilidades
EliminarQuerida amiga gracias por tu cercanía y tu enriquecedora presencia en este Café Literario.
Nos encontraremos a la vuelta de unas necesarias vacaciones.
Un abrazo grande.
Besos
Hola Feli! escribes muy bien :) me agrada tu blog, y seguire pasando!
ResponderEliminarTe invito a que tu también te pases por el mio (arbol-de-amor.blogspot.com.ar)
Saludos!!
Mensajero del Árbol, bienvenido al Café Literario
EliminarPor supuesto que acepto la invitación de conocer tu blog. Pronto visitaré tu espacio.
Gracias por tu comentario.
Un fuerte abrazo
Hola, Felicidad.
ResponderEliminarVayamos por partes, como decía Jack.
Primero, felicitarte por las maravillosa descripciones de la tormenta y del naufragio.
Y segundo, aplaudirte por la maravillosa historia de amor fraguada entre gestos, dibujos y risas. Un naúgrago griego, con ojos del color de las almendras; una joven que bien pudiera ser escocesa y esos ojos almendra que van pasando de padres a hijas.
¡¡Fantástica historia!!
Una cosa más, me ha gustado mucho la figura "la casa llena de su ausencia" (¿puede haber algo más triste que eso?) y "las ovejas resistían aovilladas"...
Una vez más lo conseguiste: hacer que abandonemos nuestra rutina para sumergirnos en tus cuentos. Gracias, por todo esto.
Un beso muy grande y nos vemos a la vuelta.
PD: Descansa, disfruta y volvemos en septiembre como las colecciones por fascículos que anuncian en la tele.
Towanda, eso es, el color de las almendras es ese rasgo genético que se transmite de náufrago a hija y que confirma en medio de su propio naufragio sentimental.
EliminarSí, personajes aislados en ambientes hostiles. La dureza de bregar con la naturaleza, la dureza de naufragar en la vida y volver a resurgir.
Agradezco mucho esa lectura atenta que analiza con precisión y acierto el relato, su historia y su sentido.
Gracias a ti por tu presencia constante en el Café Literario.
Amiga nos veremos en septiembre como fascículos reeditados pero renovadas.
Besos
Dejo mis sentimientos de pesar como lo he hecho en otros blogs españoles por la tragedia ferroviaria ocurrida esta semana en España. Toda la fuerza a los sobrevivientes, familiares y cercanos a las víctimas para afrontar tanto dolor.
ResponderEliminar...............................................
Tu relato me recuerda algunos versos en Farewell y los sollozos de Pablo Neruda:
(Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar).
4
Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.
5
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.
El encuentro constante entre el mar y la tierra, entre lo duro y lo blando, entre lo que está y no está, entre lo que llega y se aleja, entre lo que se olvida y se recuerda, entre lo que se va y se queda otorgan una pasión única y especial a la vida en las orillas del mar y cuando del amor se trata entonces esa particularidad se multiplica. Tu relato refleja con claridad esta singularidad de estos excepcionales encuentros!!!
Que descanses en lo que tengas que descansar y que todo lo demás se multiplique y se prodigue todo cuanto tenga que hacerlo.
Besos querida Escritora!!!
Querido Aristos, gracias por tus condolencias. Todos estamos muy tristes y conmocionados en España. Vivimos estas jornadas de luto con dolor y con nuestro pensamiento y solidaridad con las víctimas, familias y amigos. Muy agradecidos Aristos por ese abrazo fraterno que nos llega desde la querida Costa Rica.
EliminarAmigo el poema de Neruda sin duda resulta muy ad hoc a este relato y es un placer renovado su lectura.
Los naufragios vitales y/o sentimentales no se acaban con el hundimiento. La mar reflota o termina arrastrando a la orilla esos restos que acaban siendo rescatados.
Me alegra mucho, amigo Aristos, que hayas analizado la importancia del encuentro. Esa dualidad del amor encuentro /desencuentro, la ola que llega y se aleja, la marea cíclica...Es el eje del relato.
Trataremos de descansar y reponer energías después de un año complicado, difícil y duro en mi país.
Besos querido escritor y filósofo
Felicidad me has llegado a sumergir con tu texto en los adentros de la profundidad del mar, desde las descripciones que haces de la tormenta y ese vaivén del mar que juega en sus idas y venidas, he nadado hasta atraparlo con la protagonista y traer a ese náufrago hacia las orillas, una historia que me ha cautivado desde el principio a fin, como siempre lo haces con cada texto, pero lo que más me ha gustado ha sido ese color de las almendras de los ojos del náufrago y de ella, un título que le das a la historia en el que jamás hubiera imaginado que el color de las almendras era para el color de los ojos.
ResponderEliminarFelicitaciones por tus relatos, y gracias por hacernos disfrutar de esta lectura en tu agradable café literario.
Te deseo que pases unas felices vacaciones, que disfrutes mucho y que sepas que aquí estaremos, quiénes no nos hemos ido, esperando tu regreso.
Un beso.
María, me alegra admirada poeta que hayas braceado de alguna manera en este relato.
EliminarCiertamente hay mucho de lucha entre el ser humano y la naturaleza pero sobre todo es una inmersión del ser humano a sus naufragios.
Te agradezco mucho María tu lectura y ese análisis certero que enriquece este espacio.
Será, amiga, una desconexión de la rutina y un pequeño descanso.
Gracias por tus palabras.
Besos
Siempre esos desenlaces tan yuyos y tan maravillosamente redondos a historias mágicas que envuelven
ResponderEliminarUn besote
Miryam, me alegra que te haya gustado.
EliminarGracias por estar siempre ahí tan cerca.
Un fuerte abrazo y feliz verano
Una historia que envuelve,que atrapa, digna de ser saboreada lentamente, y ese final en el que,el color de los ojos de avellana le da tu toque y cierra la historia con ese sello tan tuyo que hace de tus relatos todo un deleite.
ResponderEliminarUn abrazo grande Felicidad y mis mejores deseos, que tengas unas vacaciones inolvidables, aunque te extrañaremos.
Betty, eres muy amable.
EliminarTus palabras son un estímulo para continuar trabajando en esta pasión que es la escritura.
Serán unos días de descanso y sobre todo de desconexión para retomar energías y regresar plenamente en forma.
Gracias por tus buenos deseos.
Un abrazo grande
Queridad Felicidad
ResponderEliminarLinda entrada como ya nos tienes acostumbrados a regalonear, me alegro muchísimo que te vayas de vacaciones, disfruta mucho y descansa, con el cariño de siempre un abrazo,
Querida Carmen, siento el retraso en la respuesta pero ya me iré actualizando.
EliminarFueron unas vacaciones tranquilas y de mucho provecho.
Un abrazo grande
Perdona mi retraso querida amiga. He tenido una semana un tanto complicada. Los tiempos físicos y sus metáforas cambiantes siempre nos atrapan. En fin, aquí estoy mi reina escritora.
ResponderEliminarAmo el mar, quizás porque mi tierra -que en parte conoces- es una larga hilera de paisajes besados por el Pacífico, entonces, es natural sentir el mar como compañero fiel; pero también, al que se debe estar siempre alerta de sus embates. Por esa razón, gozo leyendo relatos relacionados con las manos de algas y boca de caracolas. Los personajes de tu relato fluyen, accionan y reaccionan al vaivén de las olas,y se terminan hermanando en el color de los ojos. Como siempre querida Felicidad, atrapas y deleitas.
Abrazos y besos amiga, y sobretodo, que tengas un necesario, merecido, descanso.
Taty, con más de un mes de tardanza. Ha sido este mar de verano que también con sus oleajes me ha alejado un tiempo del Café Literario.
EliminarUn tiempo necesario para reponer fuerzas y descansar.
Gracias amiga por tu comentario y por esa lectura siempre lúcida.
En breve estaré por tu espacio
Un abrazo grande
Amiga mía, vengo a desearte una felices vacaciones y a dejarte mi huella.
ResponderEliminarComo sabes, me he tomado un verano sabático pero, no por eso, dejo de leerte.
Tus relatos tienen la facultad de adentrarme en ellos hasta formar parte de los mismos.
Creas unas imágenes tan claras que es muy fácil verlas sucederse a medida que leo.
El de hoy es muy emotivo. Tal vez, el destino, jugó sus cartas de forma que el recuerdo de aquella bárbara tormenta quedara reflejado para siempre en los ojos de su hija...hija del mar y de la propia tormenta.
Es increíble lo que haces con un lápiz en las manos.
Feliz verano!. Nos leemos en septiembre.
Besos.
Belén, amiga te agradezco mucho que desde tu tiempo de vacaciones hayas tenido la deferencia de venir a leer al Café Literario.
EliminarComo habrás visto he estado un período largo sin permanecer en el Café Literario. En el mes de septiembre iré actualizando contenidos y visitar los espacios amigos.
Gracias por tus palabras y por tu comentario.
Un fuerte abrazo
Felicidad, tu relato nos adentra en el mar de la vida...Ese mar que sorprende, arrastra y conmueve...Trae al propio destino en sus brazos y lo deja por unos días junto a dos mujeres, que tratan de olvidar, de reponerse y curar sus heridas...Ese naúfrago lleva en sus ojos el color del encuentro fugaz,de ese encuentro, que quizá marcó alguna vez a una mujer para siempre...Y ahora el destino une a los tres,quizá tratando de compensar y curar...Pero el mar se lleva de nuevo al hombre y queda su impronta eterna en los ojos de Irene, que comienza a entender muchas cosas...Impresionante, amiga...
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo grande,Felicidad...
Que tengas un buen descanso y te llenes de energía positiva...Hasta pronto,amiga.
M.Jesús
María Jesús, regresamos con energías positivas y la intención de renovarlas pues el día a día tiende a erosionarlas.
EliminarLa mar y sus naufragios no cesa de traernos historias. Dejan la orilla y van tierra adentro o bien desembocan en la mar y navegan hasta flotar.
Agradezco tu comentario y espero pronto leer tu siempre profunda y sensible poesía.
Un abrazo grande
Felicidad,me ha conmovido la conversación entre madre e hija, trasmite la enseñanza de las generaciones, como la metáfora del mar, eterno, pero al mismo tiempo renaciendo constantemente, con nuevas formas en cada ola que se acerca a la playa, igual que la sobrevivencia a los naufragios de todo tipo en la vida,cada una la vivirá según su experiencia y forma de estar ante ella.Nos dejas preciosas imágenes,de esos mares calmos y otras veces bravíos, que bien conoces desde tu preciosa isla.
ResponderEliminarQue tengas unas felices vacaciones,descansa y disfruta de la luz del verano.
Un gran abrazo, amiga mia
María, sí, amiga, el mar como metáfora y como escenario de historias y relaciones, se sentimientos y emociones asociadas al mar y su misterio.
EliminarHemos regresado de esas vacaciones con nuevas ideas y con la intención de dinamizar el blog con nuevas propuestas.
Paulatinamente las iremos incorporando.
Besos
Mi querida Felicidad, me has impresionado una vez más. La calidad del relatos, las imágenes que nos traes a través de tu palabra, la historia, aquello que se infiere... el color de las almendras, en fin, todo. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso
Maffi
Querida Maffi, me alegra que te haya gustado el relato y que de alguna manera hayas viajado a su historia a través de sus imágenes.
EliminarFuertes oleajes que tú tan bien conoces por el Pacífico que baña tu hermoso país.
Un abrazo muy grande
Descriptiva maravillosa de una tormenta en ¿el Mar del Norte? calidez humana y una inesperada trilogía signada por el bello color de las almendras reflejado en las miradas. Mil abrazos Felicidad. Disfruta tus vacaciones y descansa, amiga. Te espero.
ResponderEliminarZuni, ya estamos de nuevo en este espacio virtual y espero muy pronto visitar tu blog y conocer las novedades que sé son varias y sugerentes.
EliminarUn abrazo grande
Olá Felicidade,
ResponderEliminarEu adoro o mar, e sua história me levou a caminhar por esse naufrágio, sentindo o vento frio no meu rosto e o mar revolto, me fez refletir em algumas decisão que por vezes precisamos tomar na vida... Seus relatos por vezes são tão reais, e isso é o que faz suas história ser tão especiais.
Suas história sempre me deixa a pensar...
Desejo uma ótima férias, e volte renovada.
Sentirei saudades minha amiga!
Quando voltar passe no meu blog.
Grande beijo!
Smareis, me alegro que hayas disfrutado con este mar y sus naufragios.
EliminarSí, han sido unas provechosas y descansadas vacaciones. Sé que tú ahora has hecho una pausa pero espero muy pronto leer tus nuevas y siempre interesantes reflexiones.
Gracias por venir al Café Literario.
Un fuerte abrazo
“No ha salido el sol y Ana y Miguel
ResponderEliminarya prenden llamas.
Ella sobre él hombre y mujer,
desacen la cama.
Y el mar que esta loco por Ana, prefiere no mirar,
los celos no perdonan, al agua ni a las
algas ni a la sal.
Y al amanecer, ya esta Miguel, sobre su barca,
"dame un beso amor y espera quieta
junto a la playa".
Y el mar murmura en su lenguaje, " maldito
pescador despidete de ella no quiero
compartir su corazón". Mecano
Me permitiré, mi querida Felicidad, dejar volar mi imaginación a partir de tu fantástica historia que, de alguna manera, me recuerda la canción de Mecano; aunque en tu relato hablas, primero de la mar y, después de el mar, yo le llamaré el mar y me trago las ganas de usar el género femenino porque para los poetas siempre será “la mar”.
Me parece que el mar, dueño de todos sus secretos, apasionado y voluptuoso, sabía que de alguna manera Nikos llegaria a ser carne entre la carne de la madre de Irene, y, que aunque intentara destrozarle, sólo lo acercaría mucho más a ella. El mar escocés amaba a esa mujer, ya la había visto rondando por sus costas, ella estaba ya en su seno y por eso, celoso, se aprovechó de la tormenta para intentar detener a ese griego invasor que había venido, sin saberlo, a desafiarle a la mujer de su alma.
Ella, desafiando el peligro se adentra en las aguas de ese mar que le ama y que ella no sabe; el mar, celoso, le ofrece el cuerpo de su rival creyendole muerto; la madre de Irene ha ido a por él guiada por un sentimiento humano y sin sospechar que ese hombre que no hablaba su idioma, poco a poco, llegaría a ser el que sembrara en su vientre la semilla de la vida para perpetuar aquéllos ojos almendrados. Pero, como los marineros, un día, Nikos se fue para nunca más volver pero su huella quedó para siempre al lado de esa mujer para ser su amor y su complice en días de sol y lluvia, en noches de luna llena y en aquéllas de borrasca...mientras tanto “el sol y el salitre seguirán cicatrizando pronto las heridas...”
Bien mi apreciada Escritora, sólo me resta agregar que, como siempre, me he sentido gratamente atrapado por tu historia y tu manera de describir el paisaje y los personajes; un relato con mucha poesía.
Recibe mi aprecio y mi admiración!
Admirado poeta Gustavo, una poética y hermosa disección del este relato al que además has puesto música con esa bella letra de Mecano.
EliminarAnte el profundo y certero análisis literario solo me queda disfrutarlo y agradecerte tu lúcida y enriquecedora aportación. Un análisis que parte de la historia que se narra pero que trasciende, se adentra y extrae lo que subyace entre línea y línea. Para mi como autora es un honor pero sobre todo una enorme satisfacción que rescates y expongas el andamiaje el relato. Una aguda mirada de autor de la que aprendo tanto, en tu poesía y en tus comentarios.
Gracias por ser parte de este Café Literario y por permitirme tomar un café virtual en tu mesa de escritor.
Besos
Un gran relato! Se disfruta tanto talento. Saludos cordiales.
ResponderEliminarS.A.D.E. Villa María gracias por su estancia en el Café Literario y por sus palabras tan amables.
EliminarUn fuerte abrazo
El mar nos trae siempre experiencias nuevas, es el lugar donde desembocan todas ellas.
ResponderEliminarEl calor del amor mediterráneo marcará como la espada su vida.El mar nos da pero también nos quita, en su eterno vaivén.
Fantásticas imágenes llenas de poesía y evocación.
Un abrazo.
Recién acabo de estrenarme como bloggera y me doy cuenta de que en la red hay blogs de calidad como éste, querida compañera en las letras. Ojalá y algún día mi blog alcance ser una mínima parte de éste. Vendré a menudo de visita. Dejo el link por si os interesa:
ResponderEliminarhttp://lecturaalahoradelte.blogspot.com.es/
Hola mi querida amiga, un placer leerte y reencontrarme con tus escritos magistrales.Estuve dos meses alejada en visitar amigos ya que los amigos de lo ajeno violentaron nuestro hogar y gracias a Dios estamos vivas.Nuevamente con nuestros materiales para comunicarnos te visito dulce amiga.
ResponderEliminarRecibe todo mi cariño y besos desde Mar del Plata - Argentina
Raquel Luisa Teppich
Mis afectos contigo, Felicidad. Hermoso relato. Mis abrazos desde mis Blogs.
ResponderEliminarUn abrazo Felicidad. Espero tus bellos relatos con aromas a mar del Norte.
ResponderEliminarEsta historia, escrita con la calidad que acostumbras, es de las que a mí me gustan. Se respira la soledad y se vive el ambiente duro que impone la naturaleza salvaje. Es para mí un placer volver a tus relatos. Y yo me pregunto: ¿Por qué dejo de leerte a veces, cuando nunca debería de hacerlo?
ResponderEliminarSigues en la brecha.
Un abrazo.
He estado navegando online más de tres horas hoy y no había encontrado ningún artículo interesante como el tuyo.
ResponderEliminarPersonalmente opino que, si todos los propietarios de sitios web y blogueros escribieran un buen
contenido como éste, internet sería mucho más útil.
Excepcionalmente bien escrito!
Also visit my blog :: inseminacion artificial
HOLA AMIGA!! QUÉ HERMOSO QUE ESTÁ TU BLOG, HACÍA TIEMPO QUE NO PASABA!! Y SIEMPRE TAN PLACENTERO LEER!!
ResponderEliminarhttp://entrelosrincones.blogspot.com.ar/
UN BESO