domingo, 6 de febrero de 2011

Canarias en la Literatura Universal



Nathaniel Hawthorne y Canarias


Escritor estadounidense, se le considera junto a Herman Melville, iniciador de la novela norteamericana. Nació el 4 de julio de 1804 en Salem (Massachussets) y murió el 19 de mayo de 1864. Su vida estuvo dedicada a la literatura que compaginó durante algún tiempo con el trabajo en una comuna, la Granja Brook y como tasador en la Aduana de Boston. Viajó y vivió en Europa. Fue nombrado cónsul en Liverpool por su amigo y, entonces, presidente de los Estados Unidos Franklin Pierce. Articulista, autor de cuentos y novelas, en sus creaciones se refleja una honda preocupación religiosa que deviene del puritanismo que llevaron los colonos a Nueva Inglaterra. La visión del mundo, que supura en sus obras, es profundamente moralista donde analiza el sentimiento de culpa y las consecuencias del pecado. Su primera publicación es una novela gótica Fanshawe (1828). En 1837 ve la luz Historias dos veces contadas, una colección de cuentos. Más tarde escribe La silla del abuelo: relatos para jóvenes (1841). La novela por la que el autor es más conocido es La letra escarlata (1850). Al año siguiente escribe La casa de los siete tejados, otra de sus novelas insignia. Su producción continúa con El libro de las maravillas para chicos y chicas (1852), La estatua de nieve y otros cuentos contados dos veces (1852), La granja de Blithedale (1852), El fauno de mármol (1860), Nuestro viejo hogar (1863). Obras publicadas después de su muerte fueron Septimius Felton o el elixir de la vida, El romance de Dolliver, El secreto del doctor Grimshawe, Cuadernos americanos, Cuadernos ingleses y Cuadernos franceses e italianos.

Hawthorne se vale de la alegoría y de la fábula y emplea el arte como recurso al servicio de la moral y, en más de una ocasión, ha sido cuestionado por su posicionamiento en contra de las mujeres escritoras. Sus obras son de una significada riqueza narrativa alabada, ya en su época, por Poe o Melville y de una honda caracterización psicológica. Borges señaló, no obstante en un ensayo, que era mejor autor de cuentos que de novelas.
El novelista en La casa de los siete tejados (The house of the seven gables) que T.S. Eliot valoró como su mejor novela, quiere mostrar –como señala Borges- que el mal cometido por una generación perdura y se prolonga en las subsiguiente. Relata la historia de una casa sobre la que cae la maldición del antiguo dueño del terreno donde se levantaba su modesta granja. La propiedad le es arrebatada por el coronel Pyncheon a finales del siglo XVII que lo acusa de brujería y es condenado a muerte por un tribunal presidido por el coronel.
Ahora bien, ¿en qué momento de una trama situada en Nueva Inglaterra, en un paraje que comienza a bosquejar su fisonomía de ciudad colonial norteamericana, Canarias entra en escena? Su aparición está relacionada con la historia comercial de las Islas y los diferentes monocultivos que han marcado su desarrollo, unas veces para bien y otras para desbaratar la endeble estructura económica del Archipiélago.
El coronel Pyncheon, fundador de la estirpe que penará bajo los siete tejados, celebra la fiesta de inauguración, está recluido en su despacho y lo reclaman para dar la bienvenida a sus invitados. Nadie se atreve a importunarlo hasta que el vicegobernador interviene:


- […] Me encargaré personalmente de esta cuestión. Ha llegado la hora de que el buen coronel salga a saludar a sus amigos. De lo contrario, podríamos sospechar que ha tomado demasiado de ese vino dulce de Canarias y que lo ha hecho de forma en extremo deliberada, ¡cuando ese tonel habría que espitarlo para rendir honores a este día! Pero, puesto que se está haciendo el remolón, ¡yo me encargaré de recordárselo!
Este pasaje se refiere al vino dulce de malvasía, también conocido por Canarias o Canary. Las Islas por su estratégica situación entre tres continentes: Europa, África y América, recién fueron conquistada a finales del siglo XV, los europeos introdujeron el cultivo de variedades mediterráneas que por el terreno y el clima se adaptaron con suma facilidad al medio. El vino, especialmente, gozó de un enorme prestigio desde las primeras décadas del siglo XVI. Éste se exportó a Inglaterra y a sus colonias desde tan temprana fecha. Por lo tanto, fue conocido y celebrado en lugares y ambientes de ambos lados del Atlántico.

La literatura y la lectura tienen estos encuentros fortuitos y gratificantes.

La casa de los siete tejados. Editorial Mondadori, 2008

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